El nombre Ascensión nace del objetivo de ascender a una posición de soberanía, autoconciencia y un cambio fundamental en la identidad, el propósito y la autenticidad, transformando la forma en que uno ve y se relaciona con el mundo. Espiritualmente, la ascensión es un proceso de elevar la conciencia a un estado superior del ser, pasando del ego a uno de mayor autoconciencia, amor y conexión divina.

Implica un cambio fundamental de percepción e identidad, donde el individuo integra su yo "sombra" y trasciende las limitaciones para alcanzar un estado superior de consciencia y una mayor alineación con su yo auténtico. A menudo se describe como un viaje gradual, más que un evento instantáneo: la muerte de lo viejo y el surgimiento de lo nuevo. La ascensión es la liberación interna de la mente y el alma.